Todo el mundo conoce Google Maps y las imágenes asociadas a él. La aplicación permite, prácticamente, pasear virtualmente por las calles del mundo. Google recoge estas imágenes, a través de automóviles equipados de cámaras que deambulan por las calles de las principales ciudades del mundo.
Pero estos automóviles no recogen sólo imágenes geo-referenciadas. Ellos también recogen datos sobre las redes inalámbricas disponibles en cada lugar al igual que los datos públicos que circulan en estas redes. Google se vio obligado a admitir que sus automóviles, equipados con antenas, recogen "ciertos datos", pero señaló que estos datos no son utilizados "actualmente" en sus productos.
Este es un momento de tensión, intensificado por las revelaciones de Edward Snowden sobre el espionaje de los Estados Unidos y de otros países, entre los que se encuentra Brasil, quien ha decidido reaccionar ante el tema. Su Presidenta, Dilma Rousseff de hecho, vio con desagrado el descubrimiento del espionaje de sus comunicaciones llevado a cabo por la NSA, especialmente en el contexto de las transacciones económicas. El juzgado brasileño emitió una orden que limita la recolección de "Big Data" por parte de Google a través de su programa "Street View". Google debe detener la recolección de los datos privados a partir del 9 de noviembre, de lo contrario deberá pagar una multa de 50.000 dólares por día, pero limitada a un total de 500.000 dólares.
Otro tema de actualidad en Brasil, es el proyecto del gobierno que obligaría a las empresas que operan en Brasil a almacenar en Brasil todos los datos recogidos en Brasil. Esto evitaría que todos los datos sean enviados a los Estados Unidos, donde están al alcance de las principales oficinas de inteligencia de EE.UU. Por supuesto, este cambio en la legislación brasileña podría perjudicar seriamente el desarrollo de los negocios de Google, y podría crear un antecedente en el tema. El proveedor de servicios argumenta que esta medida "podría privar el acceso de los brasileños a buenos servicios proporcionados por las empresas estadounidenses e internacionales.”
El impacto de las revelaciones de Edward Snowden en la economía digital aún no está totalmente determinado. Pero ha permitido que las naciones se hagan las preguntas adecuadas: ¿quién está recogiendo qué datos? ¿Por qué los recogen?, ¿En dónde los almacenan? ¿Quién tiene acceso a ellos?, etc.
Pero estos automóviles no recogen sólo imágenes geo-referenciadas. Ellos también recogen datos sobre las redes inalámbricas disponibles en cada lugar al igual que los datos públicos que circulan en estas redes. Google se vio obligado a admitir que sus automóviles, equipados con antenas, recogen "ciertos datos", pero señaló que estos datos no son utilizados "actualmente" en sus productos.
Este es un momento de tensión, intensificado por las revelaciones de Edward Snowden sobre el espionaje de los Estados Unidos y de otros países, entre los que se encuentra Brasil, quien ha decidido reaccionar ante el tema. Su Presidenta, Dilma Rousseff de hecho, vio con desagrado el descubrimiento del espionaje de sus comunicaciones llevado a cabo por la NSA, especialmente en el contexto de las transacciones económicas. El juzgado brasileño emitió una orden que limita la recolección de "Big Data" por parte de Google a través de su programa "Street View". Google debe detener la recolección de los datos privados a partir del 9 de noviembre, de lo contrario deberá pagar una multa de 50.000 dólares por día, pero limitada a un total de 500.000 dólares.
Otro tema de actualidad en Brasil, es el proyecto del gobierno que obligaría a las empresas que operan en Brasil a almacenar en Brasil todos los datos recogidos en Brasil. Esto evitaría que todos los datos sean enviados a los Estados Unidos, donde están al alcance de las principales oficinas de inteligencia de EE.UU. Por supuesto, este cambio en la legislación brasileña podría perjudicar seriamente el desarrollo de los negocios de Google, y podría crear un antecedente en el tema. El proveedor de servicios argumenta que esta medida "podría privar el acceso de los brasileños a buenos servicios proporcionados por las empresas estadounidenses e internacionales.”
El impacto de las revelaciones de Edward Snowden en la economía digital aún no está totalmente determinado. Pero ha permitido que las naciones se hagan las preguntas adecuadas: ¿quién está recogiendo qué datos? ¿Por qué los recogen?, ¿En dónde los almacenan? ¿Quién tiene acceso a ellos?, etc.