El automóvil sin conductor de Google, que desde sus primeros años de pruebas rodaba exclusivamente sobre las autopistas de California, ahora rueda más allá del entorno de carreteras, relativamente simple, debido al límite de variables a controlar. Dos objetivos principalmente fueron planteados a inicio del ambicioso proyecto del vehículo sin conductor, rodar 100 000 millas sobre autopistas públicas día y noche, y 1 000 millas sobre rutas más desafiantes, como por ejemplo, la famosa calle empinada y en zigzag de Lombard en San Francisco. Ahora, cumplido estos objetivos, el vehículo autónomo pasa a su siguiente fase: rodar sobre las vías dentro de la ciudad de una manera natural con los mejores y más seguros comportamientos del buen conductor humano; un entorno más dinámico y peligroso por las ilimitadas e imprevisibles variables a las que se deben enfrentar estos autos robots para tomar decisiones en situaciones inesperadas.
Límites de velocidad, señales de tránsito, semáforos, desviaciones, detección de conos naranjas, obras en la vía, número y ancho de carriles, cruces peatonales, más autos, peatones, ciclistas, motociclistas, clima y otro sin número de factores, son los datos que deben ser analizados por los algoritmos del automóvil robot para maniobrar ante situaciones conocidas y no conocidas en fracciones de segundos. Comparando el análisis de estos datos de la nueva fase del proyecto, con los de la idea inicial de los carros robots, de inicios del año 2000, del DARPA Grand Challenge, la carrera de vehículos autónomos creada por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, la diferencia es enorme en el dominio de las ciencias de la computación. La característica de los vehículos del DARPA es que realmente eran vehículos robots nada cómodos ni ergonómicos que aceleraban y frenaban bruscamente. Pero el interrogante inicialmente planteado por Google en el 2009 de si es posible tener autos que conduzcan por si solos de forma natural, ha sido resuelto en su primera fase con foco exclusivo en rodar los automóviles robots en las autopistas y carreteras. Ahora, el gran reto de la nueva fase, anunciada a comienzos del 2014, de rodar estos vehículos autónomos en las vías urbanas, tiene su foco en la conducción autónoma natural con seguridad para el vehículo mismo, para los demás conductores en el nuevo entorno de las vías de la ciudad.
Un automóvil Lexus RX 450H, hace parte de la flota de prototipos de automóviles sin conductor de Google. Esta referencia de automóvil robot está dotado de un sistema láser que genera información 3D de los objetos que lo rodean; millones de bits de datos por segundo que combina con mapas de alta resolución; radares para percibir los objetos que no están al alcance de un conductor humano; cámaras; páneles de visualización; son solo uno de los pocos elementos de esta desafiante tecnología impulsada por el software capaz de realizar millones de cálculos con un solo objetivo: conducir de manera autónoma y segura a pesar del gran número de escenarios y situaciones posibles que deberán ser automatizados por los algoritmos del vehículo sin conductor. El video a continuación ilustra algunos escenarios comunes para enseñarle al vehículo como desplazarse por sí solo en las vías de Mountain View, California:
Límites de velocidad, señales de tránsito, semáforos, desviaciones, detección de conos naranjas, obras en la vía, número y ancho de carriles, cruces peatonales, más autos, peatones, ciclistas, motociclistas, clima y otro sin número de factores, son los datos que deben ser analizados por los algoritmos del automóvil robot para maniobrar ante situaciones conocidas y no conocidas en fracciones de segundos. Comparando el análisis de estos datos de la nueva fase del proyecto, con los de la idea inicial de los carros robots, de inicios del año 2000, del DARPA Grand Challenge, la carrera de vehículos autónomos creada por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, la diferencia es enorme en el dominio de las ciencias de la computación. La característica de los vehículos del DARPA es que realmente eran vehículos robots nada cómodos ni ergonómicos que aceleraban y frenaban bruscamente. Pero el interrogante inicialmente planteado por Google en el 2009 de si es posible tener autos que conduzcan por si solos de forma natural, ha sido resuelto en su primera fase con foco exclusivo en rodar los automóviles robots en las autopistas y carreteras. Ahora, el gran reto de la nueva fase, anunciada a comienzos del 2014, de rodar estos vehículos autónomos en las vías urbanas, tiene su foco en la conducción autónoma natural con seguridad para el vehículo mismo, para los demás conductores en el nuevo entorno de las vías de la ciudad.
Un automóvil Lexus RX 450H, hace parte de la flota de prototipos de automóviles sin conductor de Google. Esta referencia de automóvil robot está dotado de un sistema láser que genera información 3D de los objetos que lo rodean; millones de bits de datos por segundo que combina con mapas de alta resolución; radares para percibir los objetos que no están al alcance de un conductor humano; cámaras; páneles de visualización; son solo uno de los pocos elementos de esta desafiante tecnología impulsada por el software capaz de realizar millones de cálculos con un solo objetivo: conducir de manera autónoma y segura a pesar del gran número de escenarios y situaciones posibles que deberán ser automatizados por los algoritmos del vehículo sin conductor. El video a continuación ilustra algunos escenarios comunes para enseñarle al vehículo como desplazarse por sí solo en las vías de Mountain View, California:
Pero, ¿cómo podrán los automóviles sin conductor reaccionar ante situaciones de accidentes inevitables? Un interrogante muy temprano por resolver. Lo único cierto es que Google incorpora su tecnología para que en un futuro no hayan víctimas de accidentes de tránsito como frecuentemente suele suceder hoy en día a causa de los errores humanos, ya sea por conducir distraídamente o por conducir bajo los efectos del alcohol. El principio de la fabricación de automóviles sin conductor se basa en que éstos sean capaces de tomar mejores decisiones que nosotros los humanos quienes reaccionamos por instinto en situaciones repentinas. El automóvil sin conductor, que con la ayuda de sensores y algoritmos, explora a todo momento el entorno, sería capaz de prever situaciones de peligro, además estaría en capacidad de tomar decisiones en imperceptibles fracciones de segundo para la reducción de accidentes.
El desarrollo de estos algoritmos deberá contemplar igualmente la programación de estrategias para la optimización de choques de tal forma que si el accidente es inevitable, el auto sin conductor sepa cómo reaccionar sin tener que cobrar vidas, pero ¿cómo, bajo qué criterios y como se comunicarán entre si estos vehículos para optimizar los accidentes? Cuatro estados norteamericanos ya han aprobado por ley el uso de vehículos sin conductor pero aún se está lejos de que estos vehículos sean comercializados; diversos interrogantes de tipo técnico, legal, moral y éticos faltan por resolver y por reglamentar para que lo visionado por los integrantes del proyecto Google Car, liderado por Sebastian Thrun, de salvar vidas y no perderlas en accidentes de tránsito a causa de errores humanos, sea una realidad.
El desarrollo de estos algoritmos deberá contemplar igualmente la programación de estrategias para la optimización de choques de tal forma que si el accidente es inevitable, el auto sin conductor sepa cómo reaccionar sin tener que cobrar vidas, pero ¿cómo, bajo qué criterios y como se comunicarán entre si estos vehículos para optimizar los accidentes? Cuatro estados norteamericanos ya han aprobado por ley el uso de vehículos sin conductor pero aún se está lejos de que estos vehículos sean comercializados; diversos interrogantes de tipo técnico, legal, moral y éticos faltan por resolver y por reglamentar para que lo visionado por los integrantes del proyecto Google Car, liderado por Sebastian Thrun, de salvar vidas y no perderlas en accidentes de tránsito a causa de errores humanos, sea una realidad.